El tercer aspecto en el amor a tu adolescente es nutrirlo. Esto tiene que ver con la alimentación del espíritu interno de tu adolescente.

Nosotros nutrimos nuestras plantas cuando mejoramos el suelo en el que están plantadas. Lo mismo hacemos con los jóvenes al mejorar el entorno en el que crecen. Los adolescentes que crecen en un entorno cariñoso, afectuoso y positivo en lo emocional, son más propensos a producir hermosas flores y delicioso frutos a medida que llegan a la madurez.

Nunca maltrates

Lo opuesto a la nutrición es el maltrato. Una atmósfera de maltrato es como esparcir veneno sobre el alma del joven. Los adolescentes que reciben de sus padres palabras hostiles, ásperas o humillantes, a la larga llegarán a la adultez, pero las cicatrices del maltrato verbal permanecerán durante toda la vida.

Las investigaciones indican que la mayoría de los adolescentes que se vuelven violentos están traumatizados por el maltrato y están hambrientos de amor. El amor no maltrata; el amor nutre. 

Se un padre que nutre

La nutrición de tu hijo adolescente requiere primero tu propia nutrición. Si vas a crear un entorno de apoyo y positivo en el que tu hijo pueda llevar a cabo las tareas de desarrollo de su adolescencia, antes tendrás que crecer en las esferas de tu propia debilidad emocional. El problema es que muchos padres de jóvenes no crecieron en familia que nutrían; por consiguiente desarrollaron patrones negativos de respuestas a los jóvenes que se consideran abusivos. Si ves esto en ti mismo, el primer paso es lidiar con tu propio dolor y aprender a procesar tu propio enojo.

Esto quizá involucre la lectura de libros sobre cómo enfrentar el enojo, unirte a un grupo de apoyo, nunca es demasiado tarde para trabajar en tu propia historia. Tus jóvenes merecen lo mejor de ti, y lo mejor de ti no estará disponible hasta que te ocupes de tu pasado.

Los padres que nutren son cariñosos; buscan sin cesar formas para mejorar la vida de sus adolescentes. En las siguiente notas de este libro “5 lenguajes del amor” te ayudaremos a descubrir el lenguaje primario del amor de tu adolescente. Hablar este lenguaje es la manera más poderosa de nutrir el espíritu interno de tu hijo y mejorar su vida.

Te puede interesar

El poder de la oración

El poder de la oración

Hace muchos años, diría que unos 25, tenía a mis hijos pequeños entre 7 y 8 años, algo que siempre me tenía preocupada era que mi hijo el mayor, era muy travieso, aunque decían que era normal, yo tenía temor porque no media los riesgos de sus travesuras;  que...

El amor de los padres

El amor de los padres

En mi opinión lo más importante es que los padres aprendan cómo satisfacer con eficacia la necesidad por amor emocional del adolescente. A qué me refiero con “amor emocional” En lo más profundo del alma del joven se encuentra el deseo de sentir la conexión, la...

Si es posible

Si es posible

Recuerdo el día que nació mi primer niño como si fuera ayer, esa cascada de sentimientos y emociones que descubrí ese día, tantos anhelos nacieron en mi corazón, tantos sueños, tanta dicha y gratitud por tener en mis brazos a mi hijo, a la vez nacieron emociones y...

¿Quién es el joven de hoy?

¿Quién es el joven de hoy?

Los desafíos básicos que afrontan los jóvenes de hoy son muy similares a los que tú enfrentaste cuando eras adolescente. Por una parte el gran reto de la aceptación y adaptación a los cambios que ocurren en el cuerpo, el desarrollo de una nueva manera de pensar, un...

Como enfrentar las etapas de nuestros hijos

Como enfrentar las etapas de nuestros hijos

Ser la mamá de Andrea (18 años ) y Dana (11 años) ha sido uno de los más grandes regalos que Dios nos ha dado a su papá y a mí. Cada día mis ojos se iluminan al verlas, tan llenas de vida, tan alegres, las escucho reír y mi corazón se desborda de amor. Sin embargo...

Mi hijo(a) y las Redes Sociales

Mi hijo(a) y las Redes Sociales

Hola. Mi nombre es Sissel Sánchez, soy esposa de un hombre maravilloso llamado Javier y soy una afortunada madre de 2 hijos llamados Esperanza (16 años) y Aaron (8 años). Tengo conociendo de Dios 12 años y desde el primer día que lo conocí, transformó mi vida. Cuando...

Share This