El 10 de mayo es el día que México escogió para celebrar a las madres, Estados Unidos escogió el segundo domingo de mayo. Para la mayoría de las madres, es un día muy especial, muy esperado y anhelado, pues es un día en el que se reúne la familia para honrar a mamá, para llevarla a comer en familia (los hijos y los nietos), o para reunirse en una casa de la familia a celebrarla con regalos y tarjetas con mensajes de agradecimiento y reconocimiento por la gran labor que, como madres hacemos voluntaria y alegremente.

Para muchas ¡es un día muy feliz!, para muchas otras es un día que quisieran brincarse en el calendario, pues es un día en el que recordamos que nos hace falta alguien en la celebración; ese o esa hija que ya no está entre nosotros, a quien extrañamos y nos hace tanta falta sus abrazos, sus risas y sus palabras.

Lo sé muy bien, pues a mí también me hace falta ese hijo tan amado. Pero ¿sabes amiga?, hoy celebro el haber sido escogida por Dios para dar a luz a ese hijo, celebro el haberlo conocido y la oportunidad de haberlo cuidado, amado y educado. También celebro la oportunidad de haber reído y llorado con él.

Sin haber sido una madre perfecta, fui la mejor mamá que pude ser para él y para sus hermanos.

No hay remordimientos, no hay culpas, pero sí hay mucho amor y recuerdos que lo mantienen presente en mi memoria y en mi corazón.

Amiga querida, si estás pasando por una pérdida reciente o no tan reciente, pero que todavía duele mucho la ausencia, piensa y recuerda tus mejores momentos con tu hijo/a, esas celebraciones que sí compartiste con él/ella.

Celebra y agradece el tiempo que lo/la tuviste, aunque solo haya sido en tu vientre. No desperdicies un día más, disfruta y agradece lo que sí tienes.

Estoy segura de que fuiste la mejor mamá para tu hijo/a, sin ser perfecta fuiste la mejor, pues Dios no te hubiera escogido a ti para darle vida a su hijo/a si no confiara en ti.

La palabra de Dios nos dice que los volveremos a ver y yo lo creo.

1 Tesalonicenses 4:13 “Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza. ¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también, Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión a él”.

Pero mientras ese momento llega, aprovecha cada día, cada persona que te ama y está a tu lado. Atesora, valora y vive el presente como si no hubiera mañana, abraza y agradece el pasado, lo que te enseñó, lo que te dio y lo que te permitió vivir, pero disfruta al máximo el presente, pues no regresará. Este día es un regalo, ábrelo y disfrútalo.

Se vale recordar, se vale llorar, se vale estar triste (un momento)… y luego también se vale sonreír y celebrar la vida que Dios nos permite vivir.