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Mujer Productiva

Claudia Jaime

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Nunca me imaginé que estaría viviendo esta historia en carne propia como lo estamos experimentando en estos tiempos. La historia me encanta, hace que mi mente se abra completamente y que mi imaginación me transporte a diferentes tiempos, diferentes culturas, diferentes estilos de vidas y me encanta aprender del ser humano de esta forma porque se torna tan real en mi mente, pero al final, siempre llego a la misma conclusión: “jamás pudiera haber vivido en esos tiempos — me siento muy afortunada haber nacido en este siglo por la seguridad que representa”… así lo pensaba!

La situación que estamos viviendo actualmente, el aislamiento, me llevó a pensar que no estaba siendo productiva; que era inútil, que no estaba sirviendo/haciendo suficiente. Mi vida antes era como la tuya, donde teníamos un ajetreo cotidiano acelerado y hasta nos faltaba el tiempo para cumplir todas nuestras metas y sueños. Mis pensamientos de desesperación me llevaron a preguntarle a Dios por una solución, y sus respuestas fueron inmediatas.

Me habló por medio de una niña llamada Anne Frank. Anne, una niña de origen judío, que vivió un aislamiento en tiempos del holocausto, estuvo oculta por dos años en una pequeña habitación en la ciudad de Amsterdam. Anne usó toda su creatividad e imaginación para llevar un diario tan conmovedor dirigido a una amiga imaginaria; podemos encontrar en sus páginas pensamientos alentadores, alegres, esperanzadores y hasta divertidos durante condiciones tan dramáticas debido a los tiempos. Las aspiraciones de un corazón servicial para la humanidad al pensar en los demás y su bienestar cuando ella estaba viviendo momentos de desesperación, conquistaron mi corazón! Anne escribió “No quiero haber vivido en vano como la mayoría de la gente”, “Quiero ser útil o llevar alegría a la gente, incluso a las que nunca conocí”, “Quiero seguir viviendo incluso tras mi muerte.” Te suena esto familiar?… En mi caso, sonó a Cristo y su legado está basado en el amor por la humanidad.

También hizo un boom en mi mente la seguridad que tenía Anne en sí misma — creyó totalmente en su valor verdadero, lo dice al escribir: “No soy rica en dinero ni en bienes terrenales; no soy hermosa, ni inteligente, ni lista; pero soy feliz y lo seguiré siendo”. “Soy feliz por naturaleza, quiero a las personas, no soy desconfiada y quiero verlas felices conmigo.” Me identifico tanto con ella por el hecho de que en mi caso, ayudar a los demás produce en mí una plenitud, felicidad y vida; me atrevería a decir que uno de mis mejores dones es ver el potencial en los demás. Yo me llamaría “la cazatalentos” …. jaja

Anne nunca se imaginó que ahí en su confinamiento, en su lugar secreto donde no existía ningún testigo real, se estaba formando el paradigma testimonial más impresionante durante las condiciones vividas en el exterminio del nazismo. Dejando un legado después de su muerte que ha trascendido generaciones tras generaciones, convirtiéndose en una parte muy importante de la lectura para los estudiantes hasta hoy en día.

Los valores humanos de Anne me conectaron con la vida de Jesús y su legado después de la muerte. Meditando en sus vidas llegue a la conclusión que ninguno de los dos se casaron, no tuvieron hijos, y sus vidas fueron relativamente cortas. Esto revolucionó mi concepto de legado; soy una mujer casada que aún no ha tenido hijos, pero esto me hizo pensar que el mejor legado que puedo dejar en este mundo es mi servicio que se podría transformar en un legado generacional.

La mejor habilidad que se ha desarrollado en mí es el servir. Y todo empezó con un “cuenta conmigo”, “en que te puedo ayudar”; sirviendo en donde me necesiten. Aun cuando no han sido mis ‘talentos’ de acuerdo a mi punto de vista, todo empieza con un corazón dispuesto y el que capacita es Dios. De no estar haciendo ‘nada’ me encuentro en que hasta el día de hoy mi agenda está bastante saturada sirviendo/ayudando/estudiando, y aun cuando mi pensamiento al principio fue: no soy buena para eso, pero me di la oportunidad de tratar y de aprender. He aprendido que no siempre seremos las protagonistas cuando se trabaja en comunidad; esto me conecta con Anne y Jesús, ellos en su época no lo fueron, su momento cúspide llegó sino hasta después de sus muertes… protagonizando sus legados.

En la Biblia se encuentra una carta llamada Filemón. Filemón es una carta bellísima, en la cual cuenta una de las historia más lindas del nuevo testamento acerca de un esclavo llamado Onésimo. Esa historia es una confirmación de parte de Dios con la cual cerró sus respuestas con broche de oro. Onésimo que en su tiempo fue inútil para su amo Filemón, se convierte en el obispo de la Iglesia de Éfeso años más tarde. La historia de Onésimo empieza después de haber huido a otra ciudad por haber cometido un robo. Este esclavo inútil en su huida se encuentra con el Apóstol Pablo y su predicación acerca de las buenas noticias del Señor Jesús, haciendo que Onésimo se arrepintiera y fuera transformado en uno de sus discípulos. Muy bonito, solo que Pablo, haciendo lo correcto, lo tiene que enviar de regreso con su amo a quien le pertenecía. Pero la astucia del apóstol hace que lo envíe junto con una carta en la cual le escribe estas palabras poderosas que dicen así:

Filemón 1:8-12 Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo.

Al estar leyendo estas palabras para mi fue escuchar la voz del Señor Jesús intercediendo por ti y por mi, como nuestro abogado. Lo escuche rogándole al Padre: te ruego por mis hijas — son sumamente útiles para nuestro ministerio en el mundo, recíbelas como a mi mismo. No pude contener mi llanto de amor y agradecimiento. Y lo único que tienes que hacer es creerlo… creer que somos útiles y que, a quien servimos es a Él. Jesús mismo no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por la humanidad.

escrito por

Claudia Jaime

Aurora Mujeres

Nuestra visión es que la mujer alcance su máximo potencial cuando es motivada y conectada al propósito que Dios tiene para ella y por el cual fue creada.

En Aurora Mujeres podemos ser nosotras mismas, abrir nuestro corazón, verte a ti misma de la misma manera en como Dios te ve, dejar atrás los errores y comenzar de nuevo.

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