Paciencia activa Vs. Paciencia pasiva
La palabra paciencia nos puede dar la idea de un estado “zen”, de una eterna espera donde los minutos corren lento, de un turno en el que hacemos una larga fila y no hacemos nada, más que estar parados sin quejarnos. Tener que ser pacientes en ocasiones pensamos que es como una camisa de fuerza que nos inmoviliza y que está bien aceptarla para poder entonces decirle al mundo que somos personas pacientes. Pero hay una gran diferencia entre PACIENCIA ACTIVA y PACIENCIA PASIVA. También conocidas como PACIENCIA y PASIVIDAD.
Un poco de historia
En 1960 en la Universidad de Standford se realizó un experimento con niños de 4 años. El experimento consistía en darles un bombón y se les indicaba que si tan solo esperaban 15 minutos sin comer el bombón, podrían tener 2 bombones. Los dejó solos en una cámara en la cual podía observarlos y aunque estos se resistían para poder lograr tener 2 bombones solo el 30% de los niños se esperó. El profesor que realizó este estudio, continuó observando las vidas de estos niños dándose cuenta de algo muy interesante. Los niños que no lograron esperar los 15 minutos, comenzaron a presentar problemas de conducta y dificultades complicadas en sus relaciones, mientras que los que si esperaron, se mostraban positivos, motivados, tenían buenos grados en la escuela y sanas relaciones.
Basándonos en este experimento y en la Palabra de Dios en Gálatas que nos enseña que la paciencia es un fruto del Espíritu Santo, todo quisiéramos desarrollar esta facultad y ¡Oh que sin muchos reconocemos que necesitamos trabajar en ella!
Pero, ¿Cómo obtendremos algo que ni siquiera anhelamos verdaderamente en primer lugar? Porque ¿Cómo podemos desear algo que no conocemos? Es por esto que hablaremos de paciencia el día de hoy.
La paciencia en nuestros tiempos
Es la paciencia algo que cada día es mas difícil de desarrollar por el ritmo de vida que llevamos. Información instantánea, comida rápida, series que puedes ver corridamente sin tener que esperar una semana o un día para ver el siguiente capítulo como lo hacíamos antes en televisión abierta, transferencias vía apps o internet, etc. Todo lo queremos inmediatamente. ¡Qué difícil! ¿Dónde y cómo entonces practicaremos?
Soy probado
Pero tenemos un Dios que nos ama tanto que permite procesos que nos pulen. El prueba nuestra fe a través de nuestra paciencia.
La prueba de la fe produce paciencia y la paciencia debe llevar al feliz termino de la obra para que sean perfectos, íntegros, sin que les falte nada. Santiago 1:3-4
Así como el fuego es al oro, como la presión es al diamante, como las estaciones son a la semilla, así es la prueba a nuestra fe.
La prueba de nuestra paciencia la obtenemos cuando tenemos resultados diferentes a los que esperábamos: enfermedades, escases, desempleo. Es ahí cuando nos damos el permiso de enojarnos, de reaccionar. Y es cuando podemos sentir que está permitido porque ¡estamos pasando por una prueba! Pero nuevamente mencionaré la escritura de Gálatas 5:22, en donde Dios nos dice que la paciencia viene como un resultado de estar conectados con el Espíritu Santo. No está escondida, no es un tesoro perdido, la encontrarás en medida que te llenes del Él.
La paciencia o impaciencia solo traerá a la luz nuestra fe o falta de ella (temor), nuestra confianza o desconfianza en ese Dios todopoderoso y la seguridad o inseguridad en su amor.
Padre perfecto
Dios es un padre tan sabio que sabe, al igual que todos los padres de familia que me estén leyendo, que ningún padre que ama a sus hijos les da absolutamente todo lo que piden cuando se los piden. Esto solo traería daño, destrucción, y producirá hijos berrinchudos, intolerantes a la frustración, con falta de autocontrol y la lista puede seguir. Esto quiere decir, que la falta de paciencia es solamente un indicador de egoísmo.
Todo lo que vale la pena tiene un costo, un proceso y Dios anhela que seamos hijos que crezcamos, que maduremos, que nos extendamos y que conquistemos.
Al ser pacientes, amamos realmente
En 1 de Corintios 13 encontramos características del amor de acuerdo a Dios. Y una de ellas dice que el amor es paciente. Esto nos lleva a descubrir una gran verdad: Cuando tu y yo no somos pacientes, no estamos amando realmente.
No estamos amando a esa persona con la que tenemos que ser pacientes, no estamos amando el propósito de Dios en nuestras vidas, no estamos amando sus tiempos, no estamos amando sus procesos, ¡no lo estamos amando a Él!
El sitio de pasividad
En el sitio de la pasividad o la paciencia pasiva encontrarás: Nada. Simplemente esperarás sin madurar. En este lugar hay muchas limitantes, hay dudas, frustraciones, quejas, emociones dañinas, angustia, amargura, negatividad. Amigo, no vayas a ese sitio. No pierdas ni un segundo de tu preciado tiempo negociando entre ser paciente y ser pasivo.
Mejor vístete de paciencia, porque al vestirte de paciencia te vistes de fe, te vistes de perfección como ese oro que pasó por el fuego, como ese diamante que soportó presión, como esa semilla que recibió la lluvia, el calor y los fuertes vientos. Al vestirte de paciencia te vistes de propósito, te vistes de Jesús.
7 puntos que acompañan a nuestra amiga, la paciencia activa:
- Trae propósito (Santiago 1:3-4).
- Aumenta nuestra fe.
- Desarrolla la perseverancia, la fe, la obediencia y el dominio propio.
- Traen gratitud y plenitud al recibir el fruto de la prueba.
- Nos lleva a madurar.
- Es por nuestro beneficio SIEMPRE (Romanos 8:28).
- Es cuando podemos conocer la paz que sobrepasa todo entendimiento al confiar en Dios y no en las circunstancias.
Mientras esperas, permítete recordar que estas ahí porque serás promovido en varias áreas de tu vida. Alégrate porque Dios no te quiere dejar igual. Aférrate a Él durante la prueba. Es con Dios y solamente con Dios que podrás disfrutar este doloroso proceso porque es cuando intimarás más con Él.
Hay una frase increíble que dice:
“Al escalar una montaña, no te apresures por llegar a la punta. Disfruta la montaña”.
Familia, a partir de que nosotros hemos sido llamados a vivir como hijos de un Dios sobrenatural, eso nos debería llevar a responder de manera sobrenatural a las pruebas. Es decir, tu y yo ya no somos esclavos de tener que responder y reaccionar como el mundo lo hace, de una manera natural. Dios está de nuestro lado y en cada momento de prueba en nuestras vidas, preguntémonos ¿Lo enfrentaré pacientemente o pasivamente? Sé que escogeremos lo correcto.
escrito por
Elizabeth Martinez
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