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 ¡Yo me encargo de él!

Jasmin Márquez

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Una mañana estando en mi casa, con tres meses de embarazo de mi tercer hijo; escuche una voz que me dijo: “Labio leporino, pero yo te enseñare a amarlo”. Yo conocía esa voz, la misma voz que muchas veces me había consolado, animado, redargüido y guiado para guiar; ahora me estaba avisando algo. Aunque yo ya sabía que era la voz de Dios, me asusté y pensé: “Eso no puede ser para mí”, e instantáneamente quise olvidarlo y así fue.

Meses más tarde, en la cama, donde te hacen el ultrasonido con el radiólogo sentí hundirme en esa cama, así como caer al vacío; cuando escuché lo que Dios ya me había dicho. Me hablaban de veintitantas operaciones y palabras tratando de consolarme como “Señora no se preocupe esto es algo estético”. El diagnóstico fue labio leporino bilateral, paladar hendido y no había nariz, mi esposo frente a mi diciéndome “No te preocupes ten FE”. Fe que en ese momento sabía que había, pero no encontraba, no estaba preparada para enfrentar una sociedad y menos a perder el control como mama al entregar a tu hijo al quirófano y no una vez, ¡sino muchas!

Las pruebas no son para aprender, son para demostrar lo aprendido, y yo, aunque crecí en la iglesia, rodeada de los mejores mensajes, las mejores personas para guíarme y demás, me sentía que estaba reprobando y que no estaba siendo la persona que Dios esperaba que fuera, me sentía avergonzada de predicar fe y no vivirla; me sentía que no había un milagro para él. Después de algunos días de llorar y sentirme como en la oscuridad dije: ¡No más! No puedo transmitirle eso a mí bebe y sobre todo dejar de confiar y pedir un milagro. Fue ahí cuando empecé a orar, yo le decía: Dios “Señor, yo sé al Dios que sirvo, al Dios de milagros que hace posible lo imposible, Señor, yo misma he orado por sanidades y Tú has obrado, ¡ahora te pido un milagro para Samuel!”. ¡Esa fue mi oración por tres meses! Los doctores decían que no había forma de que se cerrase su paladar labio y nariz, porque eso debía estar formado a las ocho semanas de gestación. Entonces decidí dejar lo terrenal, para que entrara Dios con lo sobrenatural. En mi siguiente ultrasonido con el mismo doctor, al revisarlo me dice “Señora, usted debe de estar orando mucho por este bebé”, mire ya tiene nariz y una parte de su labio se cerró, sabe, esto solo lo he visto dos veces en mi vida, y usted es la segunda, creo que esto viene de arriba”, dijo el doctor.

Yo le dije a Dios, ¡Gracias, si hiciste esto, puedes terminarlo, solo le falta un poquito más, por favor Dios! Seguí orando y esperando con ansias el día de su nacimiento, creyendo que ahí vería la obra terminada, y al nacer no fue así, Samuel, nació con labio y paladar hendido, y otra vez mi falta de gratitud hacia Dios salió y le dije: “Que te costaba un poco más”, pero Dios de nuevo con su dulce voz me dijo: “Yo me encargo de él, que el milagro lo hare en ti”. Así fue como Dios comenzó su proceso en mi vida de Fe, Confianza en Él, dejar de preocuparme en apariencias físicas, paciencia, amor y gozo en las aflicciones. Proceso el cual aún no termino, sé que Dios seguirá perfeccionándose en mi vida. Cada una de nosotras vivimos experiencias donde Dios quiere hacer un milagro, ninguna prueba es mayor o menor a la otra, lo que estás viviendo es tu prueba, y es importante para Dios, deja que Él te guíe, hable, te cuide y te llene de su inmenso amor, Él es paciente, te comprende, te ama, y te espera par que le hables y le digas lo que anhelas y sientes.

En Juan 11:1-44, nos habla de cuando Jesús resucita a su amigo Lázaro. Ahí podemos ver que Jesús parece tardar y llegar cuando no hay esperanza, pero será ahí donde se glorifique. En el verso 4 dice: Esta enfermedad no es para muerte sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. En el verso 40, Jesús nos dice: Cree, y verás el Reino de Dios. Sea cual sea la situación que estés pasando o te enfrentes en un futuro, solo cree. Cuando Jesús parece tardar, es porque quiere que le entregues tu necesidad; llámese hijo, matrimonio, sanidad, economía, amistad etc. etc. Dios quiere revelar su poder a través de tu problema.

Y esto es solo un poco de la historia de lo que Dios hizo en mi vida a través de Samuel, y sé que, en algunos años, el les estará contando la suya propia, porque Dios me dijo: ¡Yo me encargo de el! Que el milagro lo haré en ti.

escrito por

Jasmin Márquez

Aurora Mujeres

Nuestra visión es que la mujer alcance su máximo potencial cuando es motivada y conectada al propósito que Dios tiene para ella y por el cual fue creada.

En Aurora Mujeres podemos ser nosotras mismas, abrir nuestro corazón, verte a ti misma de la misma manera en como Dios te ve, dejar atrás los errores y comenzar de nuevo.

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