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Viviendo según
su propósito

Pilar de Luna

Hace unos años enfrentaba una situación difícil donde tenía mucha incertidumbre y sentía una profunda tristeza; en medio de todo, Dios me dio una promesa a la que me he aferrado hasta el día de hoy, y esa promesa es:

Romanos 8:28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos

El año pasado hice un viaje misionero a Perú con amigos de la iglesia, nuestra actividad principal era visitar escuelas, les compartíamos de la palabra de Dios por medio de bailables, y obras de teatro. De todas ellas, hubo una escuela en particular que quedará por siempre grabada en mi corazón.

Al finalizar nuestro acto y después de que una de mis compañeras compartiera una mensaje de parte de Dios,  los niños se acercaron a nosotros a pedir que oráramos por ellos, uno a uno.

Después de unos minutos vi a un niño pequeño que solo nos veía desde lejos mientras lloraba, al verlo decidí acercarme y preguntarle si había algún motivo por el que quisiera que orara por él. Alexis (ese es su nombre) me hizo una petición de oración que nunca me habían hecho y que no creí escuchar de un niño de 9 años  – “¿Puedes orar para que crea en Dios?, quiero creer pero no puedo”-.

¿Cómo era posible que ese niño que yo veía tan pequeño tuviera una necesidad tan grande?, sorprendida y con un nudo en la garganta empecé a orar por él.  Yo llevaba desde México unas “Pastillas de fe”  (pequeñas notas con versículos bíblicos en ellas) y al terminar de orar le dije que le iba a regalar una; sin ver hacia adentro metí mi mano en la bolsa de mi gafete donde llevaba las pastillas y saqué Romanos 8:28. Todo mi esfuerzo por no llorar fue en vano en esos momentos, no pude contener mis lágrimas  y le conté que ese era un versículo muy especial para mí, que Dios me había dado esa promesa hace un año y ahora se la daba a él, se puso muy contento, la leyó varias veces y finalmente la guardó en la bolsa de su camisa y prometió guardarla y recordarla siempre.  Yo realmente no sabía cuál era la situación que había llevado a ese niño a no creer en Dios, sin embargo le dije entre otras cosas que Dios siempre había creído en él y lo amaba demasiado. Entendí que Dios me había estado preparando para ese momento del viaje, y mi sufrimiento cobró sentido.

¿Qué aprendizajes me dejó esta experiencia?

• Que cualquiera de nosotros puede ser un instrumento para compartir el amor de Dios y dar una palabra de aliento en medio de la dificultad; solo se necesita ser sensible a las necesidades de los demás, y aún más a las personas que estén a lo lejos, con miedo a acercarse, por que muy probablemente son quienes tienen mayor necesidad.
• Confirmé que la necesidad de Dios no es solamente de adultos, los niños en su inocencia e inteligencia desean conocerlo.
• Comprendí también que Dios utiliza a las personas que menos imaginamos para enseñarnos grandes lecciones, sin importar su edad, conocimiento, etc.
• Dios es fiel, cumple y te recuerda sus promesas en el momento que menos esperas.
• Aprendí que Dios me llama a ser valiente para aceptar cuando necesito ayuda y no debo sentir vergüenza de parecer débil ante las demás personas.
• Por último, entendí que cualquier experiencia que para nosotros sea dolorosa, Dios la puede utilizar para ser de testimonio y bendición para otros, solo necesitamos estar disponibles para ello.

¿Por qué te cuento esto?

Porque quiero animarte a que seas como ese niño de 9 años, que tuvo la valentía para expresar sus miedos y pedir ayuda, así como la humildad para aceptar que necesitaba de Dios.

Isaías 41:10 Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.

Te lo platico porque quiero recordarte que a pesar de lo que puedas estar viviendo, de lo que te haya lastimado o hecho sufrir, a pesar de la incertidumbre por la que pudieras estar pasando en estos momentos; no debes preocuparte, pues Él nunca te ha abandonado, Dios te ama y está esperando a que lo reconozcas como tu padre.

1 Juan 4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su único hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.

Él te perdona y te acepta con todo y tus dudas, y está listo para darte todo el amor que hasta ahora has tenido miedo de recibir, quizá porque no sientas que lo mereces o porque no has tenido la oportunidad de conocer lo que es el verdadero amor, y que ¡todo absolutamente TODO lo que le pasa a las personas que lo aman opera para bien!

escrito por

Pilar de Luna

Aurora Mujeres

Nuestra visión es que la mujer alcance su máximo potencial cuando es motivada y conectada al propósito que Dios tiene para ella y por el cual fue creada.

En Aurora Mujeres podemos ser nosotras mismas, abrir nuestro corazón, verte a ti misma de la misma manera en como Dios te ve, dejar atrás los errores y comenzar de nuevo.