Por más de cuarenta años de mi vida tuve una relación muy tóxica con mi mama. Yo creía que era buena hija porque la ayudaba, la llevaba de paseo y le compraba cosas. Pero estaba muy lejos de honrarla. Sufrimos mucho, entre pleitos, insultos, y gritos. Hasta que en el año 2011 un día que estabamos peleando y gritando, nos interrumpió mi hija menor y nos gritó “¡cállense!”, entonces me dió mucha vergüenza. Mi mamá le dijo: “¿me llevas a mi casa?” y a mí me dijo: “ya no voy a ir contigo a La Roca”. Inmediatamente Dios me reveló que tenía mucha falta de perdón con mi mamá. Es curioso, pero nadie me había dicho que la raíz de mi problema era falta de perdón. Me fui a encerrar al baño y empecé a perdonar a mi mamá detalle por detalle. Después sentí una paz y mucho libertad y lloré mucho. Le prometí a Dios que nunca más me iba a enganchar en una discusión con mi mamá. Como a la semana me hablo para pelear y le dije que la quería mucho que bendecía su vida y que luego hablábamos. Llegue el martes a mi clase de CER con Ruth Esquer, muy orgullosa porque no me había enganchado en una discusión con mi mamá y ella me dijo: “veo todo en ti, menos a Jesús”. Traes mucho orgullo y necesitas pedirle perdón a tu mamá porque el mandamiento es honrar a tu padre y a tu madre y no importa si lo hicieron bien o mal. El mandamiento es “honra”. El Jueves siguiente fui a pedirle perdón a mi mamá, le dije: “vengo a pedirte perdón” y ella me interrumpió; “tú no tienes que pedir perdón de nada”. Y yo le conteste: “yo te juzgue y no te he honrado como Dios me lo pide”. Nos abrazamos y lloramos mucho, al dejarla yo no podía parar de llorar, Dios estaba sanando esa niña dentro de mí que estaba atrapada en un cuerpo de adulta estaba sanando todas las carencias emocionales que no me habían sido dadas. Después de eso vino un gozo y una libertad para mí, que le doy tantas Gracias a Dios por que fue Él que lo hizo.

Reflexión

Yo puse por título a este testimonio, “Restauración”, porque fue un proceso por el que tuvimos que pasar. Al igual cuando tu vas a restaurar un mueble o una pared, cuando preparas lijando, fue lo que Dios me preparó. Desde que acepte a Cristo como mi Señor y Salvador. Mi encuentro y muchos cursos de sanación interior. Lo siguiente al ver las grietas, primero perdonar a mi mamá y a mí misma por haberla juzgado y de ser orgullosa. Luego ir a pedirle perdón a mi mami. Rellenar las grietas con misericordia, perdón y amor. Dice la palabra de Dios, “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia.” Pulir las grietas hasta dejarlas perfectas, esto es recuperar todo ese tiempo perdido y aprovechar el tiempo con buenos momentos y sobre todo darle honra a mi madre. La palabra “Honra” significa, tener en alto valor a una persona.

Ella acaba de cumplir 80 años, y nos fuimos a Hawaii por su cumpleaños. Igual le hicimos una fiesta muy hermosa como nunca la había tenido.

Mujer quiero decirte que a lo mejor fuiste muy bendecida con tener una relación muy bonita con tu mamá y siempre la has honrado, te felicito. Pero si tu eres una mujer que tiene una historia como la mía o peor, porque en ningún momento minimizo y justifico lo que te paso. Como padres nos equivocamos mucho. Tienes la oportunidad de restaurar tu relación, ya sea con tu mama o con cualquier otra persona. Te animo a que restaures esa relación de la manera que Dios lo hace. Mujer, si tu no pudiste y no tuviste tiempo de restaurar tu relación con tu madre o hija porque la vida no te dio tiempo, también puedes ser feliz. Déjame decirte que ese ser querido quiere que seas feliz y libre, al igual que Dios. Como dice su palabra, “Fuimos creados para lo bueno, agradable y perfecto, ese es el plan original”.

Perdona y perdónate, ánimo. Quiero decirles que esto es personal, yo ya tengo casi 9 años, que no me he enganchado en una conversación inútil que no soluciona nada, lo único que hace es dañar más la relación. Hemos pasado pruebas, pero de mi parte no he roto la promesa que le hice a Dios, no envolverme a enganchar en una discusión con mi mami. Recuerden siempre la blanda palabra calma la ira. Estoy tan agradecida con Dios porque me dio la oportunidad de disfrutar a mi madre honrándola. De verdad han sido unos años maravillosos y espero que Dios nos permita muchos más años de vida. Bendigo a mi madre con todo mi corazón.