fbpx

Nada me faltará

Siempre en la vida de un ser humano hay un parteaguas que marca un antes y un después. Para mí, lo que al principio parecía una tragedia, y que desde cierta perspectiva lo era, fue precisamente lo que me llevó a mí antes y mí después. Esto mismo fue lo que me llevó a conocer de Cristo. Por mucho tiempo viví con la nostalgia del pasado, pero cuando Cristo se hizo real en mi vida, esa añoranza, se convirtió en agradecimiento.  Desde el momento que Dios se encontró conmigo, me amó con defectos y virtudes, tal como soy, tal como era cuando llegó a mi vida. Dios no pidió nada a cambio, fue paciente, y poco a poco, Su amor fue ganando terreno en mi corazón, hasta que ya no tuve más opción que entregarle las riendas de mi vida. Sabes mujer, Él no abandona, no traiciona, no rechaza, no señala, no discrimina, no critica, no ve tu pasado. He visto Su poder obrar en mi vida y en la de mis hijas durante este tiempo de pandemia. Para mí, como madre divorciada de 5 hijas, fue en apariencia devastador, yo vivo de eventos sociales, y fue lo primero que se canceló. Este tiempo vino – vuelvo a repetir – en “apariencia” a frenar y congelar toda posibilidad de ingreso. Estos ingresos que yo tenía destinados para pagar renta, carros, seguros, luz, agua, teléfonos, comida y demás. Una y otra vez me preguntaba ¿Qué voy a hacer?, ¿Cómo le vamos a hacer? Esto estaba completamente fuera de mi control. Lo único que tenía en mis manos, y lo que sin duda ha sido el mejor recurso disponible, era la oración.

El orar a quien todo lo puede, al que provee, al dueño del oro y de la plata, como tal como dice su palabra “clama a mí y yo te responderé…” mi oración no paso por desapercibida ante Él.  A ti mujer que estas leyendo esto, mis hijas han sido testigos de la provisión sobrenatural de Dios. Han visto con sus propios ojos como tiene cuidado de nosotras. El ver como mis oraciones y las oraciones de mi familia en Cristo, que se unió conmigo a clamar por provisión, eran contestadas, ha sido impresionante. La cantidad de personas que nos ofrendaban, nos proveían comida, no había un día que alguien no trajera algo o me llamara para decirme que Dios le había dicho que nos bendijera con algo. Si estás sorprendida por esto; ¡yo estaba más! Solo podía pensar; ¿Por qué?, ¿Por qué a mí?

Salmos 23:1 El Señor es mi pastor, Nada me faltara

En esos días, Dios empezó a suplir oportunidades de trabajo. Mis hijas y yo empezamos a vender kits de galletas y en 2 semanas vendimos mas de $2,000 dólares, que lograron cubrir todos los gastos propios de casa, pudimos pagar todo. Para mí, lo más maravilloso de esta situación, es que mis hijas puedan VER por ellas mismas a ese Dios que provee, que suple y que no falla. Yo sé que les servirá de testimonio para creerle, para momentos cuando ellas pasen por sus propios valles. Este proceso de la pandemia todavía no termina, pero si de algo estamos seguras mis hijas y yo es que Dios no nos dejará, ni nos abandonará. Él esta al pendiente de los que lo buscan de todo su corazón.

Salmos 37:4-5 “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará”. 

escrito por

Mercedes Ruiz

Aurora Mujeres

Nuestra visión es que la mujer alcance su máximo potencial cuando es motivada y conectada al propósito que Dios tiene para ella y por el cual fue creada.

En Aurora Mujeres podemos ser nosotras mismas, abrir nuestro corazón, verte a ti misma de la misma manera en como Dios te ve, dejar atrás los errores y comenzar de nuevo.

Share This