fbpx

BLOG

Los desiertos

Kenya Rivera

.

Los desiertos tienen su propia belleza pero su hermosura no es tan fácil de describir como lo sería la vista desde una montaña. En mi vida he vivido en ciudades desérticas donde mantenerte hidratada y buscar el refugio de lugares sombreados se hace una cuestión de sobrevivencia, de la misma forma en mi vida espiritual he atravesado desiertos y experimentado emociones que me hicieron ver  el paisaje desolado y vacío.

En ocasiones los desiertos se dieron porque pasaron muchas cosas al mismo tiempo que me sentí solitaria, otras veces porque por mucho tiempo no pasaba nada en mi vida que me sentí abandonada, pero en todos estos tipos de desiertos he sido rescatada.

Cuando estás en medio de montañas arenosas en medio de un desierto caluroso es muy común perder el sentido de orientación, es muy fácil dar vueltas en un mismo lugar y dejar de creer que después de la próxima montaña encontrarás un oasis. Es justamente así como me he llegado a sentir, son esos pensamientos de desolación y abandono por Dios que casi me llevaban a perderme sin encontrar un oasis y refrigerio.

Hace años me convertí en mamá por primera vez y fue un tiempo donde eso y muchos otros eventos me llevaron a sentirme desolada, no pensé que algo tan hermoso también traería consigo tantas emociones y frustraciones, me encerré en un desierto de emociones que incluso buscar de Dios parecía imposible, quería, tenía sed, quería escucharlo y que me abrazara pero no tenía energías ni fuerzas para buscarle. Deje ir sueños, pensé que tenían que irse para poder estar en paz con mi nueva rutina y escuchar algo como: “aún puedes lograr todo lo que soñabas”,  parecían burlas de personas que no entendían la maternidad o el tipo de maternidad que yo conocía. La sed en el desierto puede matarnos o peor aún secar cada sueño que pudimos un día tener.

Yo te menciono algo sencillo como el post parto pero la vida nos tira desiertos que parecen succionar toda nuestra fe, ¿porqué?, ¿para qué?, ¿de qué se tratan los desiertos?, ¿es todo en mi mente o es esto algo real?, ¿es Dios no hablando o soy yo no escuchando? No creo que realmente necesitemos estas respuestas, en cambio te recordaré que mientras Jesús fue crucificado a pocas horas antes de morir, Él mismo le preguntaba a Dios, Padre mío ¿porqué me has abandonado? Nuestro sufrimiento, desolación o momentos difíciles no son nada a lado de lo que Jesús vivió pero te lo menciono para decirte que cuando Jesús más solo y lejos de Dios estuvo, un tiempo después de esto vivió su resurección y fue gracias a eso que hoy podemos tener libertad y victoria. Si durante tu tiempo de sequía te atreves a creer en el oasis de agua viva que Jesús traerá a tu vida, Dios se manifestará.

El Pueblo de Israel atravesó el desierto para poder ver y conocer a su Dios de otro nivel. A un Dios que abría caminos donde no existían, a un Dios que cuidaba de sus pies mientras ellos siguieran caminando, al Dios que los guiaría con una nube cuando no sabían por donde andar y a un Dios que bajaría maná del cielo si eso fuera lo que más necesitaras para creer en su genuino amor.

Después de cada desierto he podido descubrir a un Dios más fiel, más grande, menos religioso y más amoroso e interesado por mi. Hoy te puedo decir que Dios nos ama, le importa cada cosa que ha pasado en tu vida y aunque tal vez no era su plan que tu vivieras todo lo que has vivido seguramente si tu sigues creyendo en Él después de esto volverás a ver los milagros de Dios en tu vida.

¿Qué hacer durante tu desierto? te puedo dar muchos pasos a seguir o te puedo decir lo que más me ayudó a mí, cerré mis ojos y cada noche antes de dormir susurré en voz baja, Dios aún te amo y creo en ti… No fue mi oración, no fue mi fe, sólo dejé que Él me rescatara de mi desierto. Él es mi amigo fiel y si tu lo dejas también será el tuyo.

escrito por

Kenya Rivera

Aurora Mujeres

Nuestra visión es que la mujer alcance su máximo potencial cuando es motivada y conectada al propósito que Dios tiene para ella y por el cual fue creada.

En Aurora Mujeres podemos ser nosotras mismas, abrir nuestro corazón, verte a ti misma de la misma manera en como Dios te ve, dejar atrás los errores y comenzar de nuevo.

Share This