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La mejor versión de mí
Gioavanna Araujo
Me encanta tener la oportunidad de escribir algo para ti porque amo escribir y la verdad es que siempre tenemos algo que decir y más nosotras las mujeres que nos sobran las palabras para expresar nuestros sentimientos o emociones.
Te quiero platicar un poco de cómo fue que llegué a los brazos de Dios y sé que más de una se va a identificar con esto. Pero, te platico un poco resumido el contexto para que lo puedas entender mejor.
Puedo decir que tuve una infancia muy feliz, mis papás siempre trabajaron para darnos lo mejor a mis hermanos y a mí, tuvimos una educación excelente y al día de hoy mis 3 hermanos y yo somos adultos profesionales con estudios completos. Pero como en todas las familias, no todo es perfecto, había muchos altibajos en casa, problemas entre papá y mamá que nos llevaban entre “las patas” (como decimos los mexicanos), muchos gritos, pleitos sin fin, violencia, entre otras cosas. Mis papás nunca se abstuvieron de pelear o arreglar sus diferencias frente a nosotros, creo que nunca se imaginaron el daño que podían causar sus pleitos en nosotros.
En casa crecí con todo eso, escuchando, viendo lo que pasaba entre ellos y te haces a la idea que eso es lo “normal”, no te das cuenta hasta que lo vives en carne propia y así empieza mi historia.
Antes de conocer a Dios tuve algunas relaciones de noviazgo, no fue hasta la última relación que tuve, que me di cuenta de todo el daño que había en mi corazón y que venía cargando desde que era una niña.
¿Cómo me di cuenta? Llegue a la iglesia con mi corazón hecho pedazos, con la mirada abajo, sin valor, insegura, sin identidad, sin un propósito, llena de dolor, decepcionada, desilusionada y con una depresión espantosa. Empecé a asistir al grupo de jóvenes y comencé a descubrir todo aquello que me había hecho daño y que empezaba por supuesto en mi casa y eso lo estaba arrastrando en mis relaciones de noviazgo siguiendo el mismo patrón que veía “normal”.
Al principio me rehusaba un poco o mucho con algunas cosas que escuchaba en la iglesia, empecé a hacer algunos cambios pero no del todo, hacía cambios pequeños totalmente a mi conveniencia y no soltaba todo por completo. Comenzaron a haber cambios en mi vida por gracia de Dios, pero la verdad es que estuve con muchos altibajos por no soltar lo que tenía que ser.
Fue hasta que un día por decisión propia, poniendo toda mi confianza y mi fe en Dios que decidí soltar todo, eliminar por completo patrones que no me dejaban avanzar, actitudes, amistades, malos hábitos, entre muchas cosas y decidí entregarle absolutamente todo a Dios. ¿Fue fácil? ¡Para nada! ¿Pero quién dice que el camino de Dios es fácil? Después de tomar esta gran decisión confiada en que Dios tenía algo mucho mejor para mí, leyendo Su palabra me encontré con este versículo:
Gálatas 2:20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. ya no vivo yo, sino que cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.
No tienes una idea la fuerza y el amor que comenzó a surgir en mi corazón, comencé a ver cambios increíbles en mi vida que jamás me los hubiese imaginado, decidí dejar mi pasado atrás, soltar lo que ya no podía quedarse y sacar “la mejor versión de mí”, caminar hacia el propósito que Dios tiene para mí. No ha sido nada fácil, el camino de Dios no es fácil sí así lo piensas, te vuelves más susceptible a engaños del enemigo pero debes mantenerte firme y confiada en el amor de Dios.
Si crees que eres la única atravesando por problemas donde crees que no hay salida, batallando con algunas cosas de tu pasado, ¡no lo eres! A pesar de mi decisión de seguir caminando hacia delante, de soltar cosas, el pasado ahí está y no lo puedes cambiar, los malos hábitos desean regresar pero es tu decisión retroceder o avanzar, todos los días son una batalla o lucha constante, siempre nos encontramos atravesando por un proceso, pero es tan gratificante cuando ves el resultado a tu favor.
Yo volteo atrás y ni de chiste deseo volver, me gusta lo que Dios ha hecho conmigo, me ha llenado de amor, me dió el valor que necesitaba, me dió una identidad, pero sobre todo me ha dado la fuerza que necesito para atravesar cualquier adversidad, porque todo lo bueno requiere una buena batalla y lucho por alcanzar eso que Él quiere para mi vida.
Así que si me dejas darte un consejo, rodéate de personas que sumen a tu vida, que cuando te den consejos sean sabios, que te motiven, que te inspiren, que caminen hacia donde mismo, aprende y decide soltar todo aquello que no te deja avanzar, déjale tus cargas al Señor, cuéntale hasta el más mínimo secreto por que Él desea escucharlo de tu boca, libérate de esas cadenas que no te dejan avanzar. Confía en Su amor porque tu ya eres demasiada amada por él.
Salmos 91:14-16 El SEÑOR dice: «rescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre. Cuando me llamen, yo les responderé; estaré con ellos en medio de las dificultades. Los rescataré y los honraré. Los recompensaré con una larga vida y les daré mi salvación.
Mi vida dio un cambio radical desde que le entregué mi corazón a Dios, y no, mi vida no es perfecta, sigo luchando contra muchas cosas. Hace poco decidí abrir mi corazón a alguien y sufrí una desilusión y, ¿te digo algo? Se vale no estar bien, se vale sentirse triste, para mí ese sentimiento que tengo ahora de dolor me hace sentir viva, al final no podemos controlar lo que pasa en el corazón o mente de otra persona, quédate con que hiciste las cosas bien, que diste siempre lo mejor de ti y siempre confiada de Dios, esto me confirma el amor que Dios tiene por mí, en Él puedo refugiarme y lo siento más cerca que nunca, tal vez pueda parecerte muy trillado pero ahora lo tengo a Él de mi lado y es mucho más sencillo sobrellevar las cosas, el dolor perdura el tiempo que tu decidas y le permitas, ¡no lo dejes pasar mucho tiempo! Yo caí, pero Su amor me levanta y aquí sigo en el camino, expectante de lo que vendrá más adelante para mí, porque sé que Dios tiene algo grandioso para mi vida y también para la tuya, lo creo.
Hoy decido ser “la mejor versión de mí”, luchar por mis sueños y no dejar que el pasado tenga cabida en mi vida. ¡Atrévete! ¡No te conformes! Lucha por aquello que tanto anhelas, no tengas miedo, decide tomar riesgos, confía en Su palabra porque Él siempre te acompañará en cada paso que des.
Tu también puedes sacar la mejor versión de ti, Dios te ha hecho libre, envió a su Hijo a pagar por todo lo que tu y yo hemos cometido, ¿qué más demostración de amor quieres? No te quedes con nada, te lo prometo, déjalo ir y verás la carga tan pesada que te quitarás.
Jeremías 29:11 Pues yo sé los planes que tengo para ustedes – dice el Señor -. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.
¡Wow! Aférrate a la palabra de Dios, en todo lo que hagas, en tu trabajo, en tu matrimonio, en tus amistades, en tus actos de servicio, hazlo con amor, hazlo por amor a Él, siempre da tu milla extra en todo, sácale jugo a los segundos de tu día, esfuérzate por hacer las cosas excelentes, hagas lo que hagas, no te des por vencida, si te caes levántate, si tomas decisiones equivocadas no te preocupes, sigue adelante, no te estanques en lo que pudo haber pasado, en tus dificultades búscalo a Él, clama a Él y te aseguro que te va a responder.
El hace su parte pero tu tienes que hacer la tuya, ten un corazón dispuesto, sé honesta contigo misma, suelta, sé radical e intencional en todo lo que hagas, busca ser siempre tu mejor versión.
Te escribo esto con mucho amor.
escrito por
Gioavanna Araujo
Aurora Mujeres
Nuestra visión es que la mujer alcance su máximo potencial cuando es motivada y conectada al propósito que Dios tiene para ella y por el cual fue creada.
En Aurora Mujeres podemos ser nosotras mismas, abrir nuestro corazón, verte a ti misma de la misma manera en como Dios te ve, dejar atrás los errores y comenzar de nuevo.
Eres la
Mejor amiga te quiero y te admiro.