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El cambio depende de ti

Elizabeth Wilson

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¿Alguna vez has vivido alguna situación de injusticia, en donde en lugar de ayuda recibiste abandono, en lugar de lealtad recibiste traición y abuso en lugar de respeto? Estoy segura que toda persona ha vivido alguna injusticia en su vida. Sin embargo hay experiencias injustas que pueden impactar quien somos en el presente, impactar nuestra identidad y por supuesto la manera en que vemos nuestro futuro. Probablemente pienses que es la causa por la que no has podido obtener lo que sueñas o vivir la vida que te gustaría. La realidad es que SI somos producto de nuestro pasado pero NO somos prisioneros de nuestro pasado.

Podría hablarte de muchos casos con los que personalmente he trabajado en mi carrera profesional, en donde personas han experimentado tanta injusticia que se puede encontrar una explicación de el porque se sienten cómo se sienten y hacen lo que hacen. Sin embargo, las experiencias solo nos ayudan a dar una explicación de la situación actual, más no justifica el que queramos seguir viviendo en una dirección de autodestrucción y victimización.

Hoy en día la psicología nos explica cómo los trastornos psicológicos pueden alterar el funcionamiento del cerebro. Por ejemplo, una persona que experimenta un accidente automovilístico en donde estuvo al borde de la muerte, activará neuronas de peligro en su cerebro que lo llevarán a experimentar reacciones fisiológicas que antes del accidente su cuerpo no tenía naturalmente. Esto podría ocurrir la próxima ocasión que se encuentre conduciendo en un automóvil. Esto lo conocemos como estrés postraumático. Así mismo, hay muchas experiencias emocionales de injusticia que pueden lastimarnos tanto que manchan y destruyen nuestra identidad y la realidad de nuestro entorno, como resultado en donde tomamos decisiones que están lejos de que vivamos la mejor versión de nosotros. Hoy en día se sabe que la frase “las palabras moldean el cerebro”, no es una metáfora, sino algo literal. Y es por eso que es tan importante que tengamos una identidad sana que nos permita combatir los pensamientos, sentimientos y reacciones fisiológicas del pasado que buscan la destrucción de nuestro presente y nuestro futuro.

En la biblia hay muchos ejemplos de personajes que vivieron injusticias pero hoy te quiero compartir de una mujer que vivió abuso, maltrato, abandono y soledad. La mujer de la que te quiero hablar es Hagar.

En el siglo primero había códigos en donde estipulaba que una mujer esteril tenía la obligación de proveer a su esposo una madre sustituto para tener hijos. Este fue el caso de Abram y Sara. Sara era esteril y en su desesperación por tener hijos le propuso a su esposo que tuviera relaciones con su empleada Hagar para poder así darle un hijo a su esposo por medio de su empleada. Esto consiste de varios puntos; el hijo que naciera le pertenecería a Abram y Sara como primogénito y descendiente de ellos y no de Hagar. ¿Te parece esto justo? ¿Crees que Hagar accedería felizmente? La biblia no lo explica pero sin embargo, nos dice que Sara tuvo celos de Hagar y existía tanta tensión entre ellas que comenzó a maltratar a su empleada y pide a Abram correr a Hagar y al hijo el cual ella misma había pedido y deseado que naciera y que legalmente era hijo de Abram y Sara.

Lo interesante de esta historia es que nada de esto fue idea de Hagar, sin embargo ella terminó viviendo cosas que fueron impuestas a ella, y además despedida sin provisión de alimento, dinero o ganado suficiente para sobrevivir ella y su hijo aún siendo heredero de un hombre con tantas riquezas como Abram. Cuando Hagar es echada fuera de casa, ella y su hijo deambularon en el desierto hasta que se les acabó el agua y alimento. Era tanta la necesidad y el hambre de ellos que Hagar decidió rendirse. La historia nos dice que deja a su hijo dormido debajo de un arbusto, y se retira pensando “no puedo ver morir a mi hijo” soltando en llanto. ¿Qué crees que le pasaba por la cabeza a Hagar que la hizo perder toda esperanza y decidir rendirse?

Se que así como Hagar hay muchas mujeres y hombres en este mundo que están viviendo consecuencias de las malas decisiones de otras personas, atravesando desiertos de desesperanza, necesidad, miedos y dudas creadas a consecuencia de las injusticias que vivieron. Un muro invisible de una perspectiva negativa de sí mismos que los continúa hundiéndose más en la situación en que se encuentran. Hoy te quiero decir a ti, que Dios ha escuchado tu llanto y visto tu dolor. Aún la historia no termina, recuerda que solo serás víctima si tú decides serlo. Dice la historia que Dios escucha el llanto del niño y le dice a Hagar: “No temas, ve por tu hijo y atiéndelo”. Al momento, Hagar abre sus ojos y enfrente de ella había un manantial. Así como Hagar podemos estar viviendo segados de las oportunidades que tenemos enfrente por estar enfocados en la injusticia que vivimos y enfocados en el dolor que vivimos.

Isaías 43:18 Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado.

  • Lo único en que podemos trabajar es en nuestro presente. Y esto es más que suficiente para transformar un futuro diferente. No podríamos construir un edificio sin antes comenzar con el primer bloque de fundamento.
  • Busca ayuda. No puedes solo, si podrías solo ya habrías hecho los cambios para avanzar de ser víctima a vencedor. Fuimos creados para estar en conexión con otros. El orgullo trae consigo fracaso porque nos impide buscar ayuda.
  • No te culpes por lo que has hecho hasta ahorita para sobrellevar lo que has vivido. Te puedo asegurar que haz hecho lo mejor que haz sabido. De qué nos ayuda encontrar culpables si no vamos a tomar decisiones diferentes. Sería como ir al doctor y descubrir la causa de tu enfermedad pero sin querer tomar tratamiento para tu sanidad.
  • Dale propósito a tus experiencias. No vivas el dolor en vano. ¿Qué pasaría si pudieras verte a ti mismo como una persona aún más fuerte por haber podido sobrellevar tu experiencia? Admira el hecho de que no te has rendido y ayuda a otros en tu comunidad. No hay nada más poderoso que tu testimonio.

Si deseas hacer cambios recuerda que debes cambiar la manera de pensar primero. ¡PIENSA EN LO QUE PIENSAS! Esto te ayudará a retar los pensamientos que te están estancando. Tú y yo estamos en las manos de Dios. Nosotros somos el barro y Él, el alfarero. Él puede comenzar de nuevo y moldearnos si nosotros se lo permitimos.

escrito por

Elizabeth Wilson

Aurora Mujeres

Nuestra visión es que la mujer alcance su máximo potencial cuando es motivada y conectada al propósito que Dios tiene para ella y por el cual fue creada.

En Aurora Mujeres podemos ser nosotras mismas, abrir nuestro corazón, verte a ti misma de la misma manera en como Dios te ve, dejar atrás los errores y comenzar de nuevo.

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