El olor a jazmín me recuerda a mi infancia. En la secundaria caminaba un largo tramo de la estación del camión a casa, recuerdo que en los días más calurosos, los arbustos con flor de jazmín perfumaban muchísimo y en medio del letargo de una caminata eterna en la que parecía ser yo un judío errante en medio del desierto, el perfume de esas flores alegraba mi corazón, había jazmines justo antes de la última esquina que tenía que cruzar para llegar a casa, como si anunciaran que por fin había llegaría a mi destino.

Mi abuela decía que cuando el jazmín olía “con ganas” es porque era anuncio de que la lluvia venía, como si esa flor en medio del incesante calor supiera desde su interior que la lluvia pronto refrescaría, y así adelantada pero segura, celebrara con perfumes finos la llegada de aquello que pone fin a la sequía.

Hoy tenía mi cabeza llena de porqués y hasta decía “y si mejor lo haces así Dios”, el pensamiento que se me depositó en la mente fue claro y contundente, Dios contestó: “¿Quieres que lo haga a tu manera o a la mía?”… Me quedé callada, pero debo aceptar que pensé… si fuera a mi manera igual estaría mejor, pero inmediatamente dije en voz alta: “A tu manera Señor, siempre a tu manera”… Salí por unos minutos de la oficina, y un impresionante olor a jazmín me envolvió, era un arbusto escondido entre tráfico y tierra que nunca había visto antes, cuatro minutos después empezó a llover.

Dudar es normal, pero no debes de olvidar que aunque haga mucho calor, la lluvia viene pronto, y como los jazmines tienes que adorar mientras esperas la victoria. Si hoy es un día de esos donde no entiendes cómo es que Dios lo va hacer, a ti te toca hacer lo siguiente:

• Ora. Entrégalo a Dios, las veces que sea necesario, no lo hagas a tu manera y deja que Él lo haga, a su manera siempre es mejor: “Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana.” Mateo 11:30

• Adora. Asi como los jazmines despiden el olor antes de la lluvia, busca tiempo para adorar en medio de la duda, antes de que tu respuesta llegue, Dios es siempre Dios, y es siempre bueno, adórale: “Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza.” Isaías 25:1

• Sonríe. Si has entregado y has adorado, ahora solo te queda sostener tu gozo que te ha sido entregado por medio del Espíritu Santo como un fruto en tu corazón. Así como la flor de jazmín en medio del arbusto se ve hermosa y blanca, así sonríe y protege tu gozo: “Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová.” Zacarías 2:10

Padre, tú siempre has sido mejor escritor que yo, el mejor poeta, por favor sé tú quien escribe mi historia, a tu manera, siempre a tu manera… Mientras tanto, yo, como el jazmín, desde hoy no olvidaré celebrar con anticipación el fin de la sequía, porque tu promesa es: “Yo les daré lluvias en su tiempo, de manera que la tierra dará sus productos, y los árboles del campo darán su fruto.” Levítico 26:4