Mi hijo(a) y las Redes Sociales

Hola. Mi nombre es Sissel Sánchez, soy esposa de un hombre maravilloso llamado Javier y soy una afortunada madre de 2 hijos llamados Esperanza (16 años) y Aaron (8 años). Tengo conociendo de Dios 12 años y desde el primer día que lo conocí, transformó mi vida.

Cuando conocí de Dios, del amor que me tiene, de lo perfecto que él es y lo imperfecta que soy yo, solo podía pensar en mi pequeña niña, que en ese entonces tenía apenas casi 4 añitos y sabía que había cometido errores con ella y que, aunque seguiría cometiendo errores, le pedí a Dios que me guiara para ser un buen instrumento para esa pequeñita que él me había confiado y entonces me llego esta palabra:

Santiago 1:5 Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno.

Esa promesa la hice mía y cada día le pido sabiduría a Dios y estoy segura que él me respalda y puedo decir que he sido una mejor mamá desde ese primer día.

Un ejemplo del respaldo de Dios en nuestras vidas fue hace algunos años, mi hija tenía 12 años y en estos tiempos que estamos en el mundo de la tecnología y las redes sociales están a todo lo que dan, ella con unas amiguitas decidieron abrir su cuenta de Facebook (a lo cual aún no tenían la edad permitida según los términos para tener una cuenta), estaban muy emocionadas, pues entraban en ese “mundo virtual”. Ese día, al enterarme, confieso que en algunas otras ocasiones hubiera reaccionado enojada porque no me pidió permiso ni me consultó, pero en esta ocasión, mi reacción fue diferente, inicie con un “¿Esta padre verdad? ¿Qué pusiste en fecha de nacimiento? Y ella con sus ojos grandes, no le quedó de otra más que reconocer que había puesto una mentira (2 años más), volvía al punto de decidir enojarme, regañarla, obligarla a cerrarlo o explicarle mi punto de vista.

Inicie haciéndole ver los peligros que hay en las redes sociales y mostrándole un video al respecto (hay videos muy buenos) y siguiente le hable de la parte en que Dios no habita donde hay pecado, ella había echado mentiras, todavía no tenia edad para tener una cuenta de Facebook, solamente le faltaba 1 año, su argumento o su intento de convencerme fue: “Todas mis amigas tienen su cuenta”, y como siempre a ese “Tod@s mis amig@s”, mi respuesta fue: “TU NO ERES COMO TODOS, TU ERES UNA HIJA DE DIOS” y proseguí: “si tu estas en pecado y en desobediencia, porque ni papá y ni mamá te hemos dado permiso, Dios no puede cubrirte y darte su protección, en cambio Dios premia el sometimiento; TU decides”.
A los días, supongo que estaba, ella, analizando la situación, decidió cerrar la cuenta. Y yo haciendo mi parte en esos días, pidiéndole a Dios por ella, que pusiera en ella, el querer como el hacer estar en obediencia, estar bajo su voluntad, y Dios obró. 

Hay veces que como papás queremos imponerles a nuestros hijos a portarse bien, a hacer lo que nosotros queramos que hagan, seguimos viéndolos pequeños y queremos seguir tomando decisiones por ellos, pero llega un momento que tenemos que darles la libertad de que ellos decidan hacer lo correcto, que sea por su propia convicción; no dejándolos solos, ayudándolos y dándoles el consejo conforme a los valores que Dios nos ha enseñado, dejando que ellos aprendan las consecuencias buenas o malas de sus decisiones, no echándoles en cara, si no siempre dándoles el apoyo y consuelo que ellos necesitan.

Proverbios 17:6 La corona de los ancianos son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.

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